Autores: Rubinson Rebeca, Giardelli Margarita, Casasnovas Oscar, Ferrari Raúl, Yulitta Horacio
El cáncer de piel se relaciona con la sobreexposición solar. Se estima que el 90% del cáncer no melanoma –basocelular y espinocelular– y 65% del melanoma se asocian con las radiaciones ultravioletas. La exposición solar a las radiaciones UVA y UVB en la infancia aumenta el riesgo de cáncer de piel en el adulto. Los estudios demuestran que el antecedente de dos quemaduras solares con ampollasantes de los 18 años duplica el riesgo de desarrollo de melanoma en la edad adulta. Por ello, una protección solar adecuada temprana es la llave para disminuir su incidencia. La radiación UVA de mayor longitud de onda (320-400 nm) llega a la hipodermis y su intensidad es constante durante todo el día, todos los días del año. La UVB, de mediana longitud de onda (290-320 nm), llega a la dermis y es más intensa al mediodía, especialmente en el verano. Ambas (UVA y UVB) son responsables del bronceado, del eritema, de las quemaduras, el envejecimiento cutáneo, las arrugas, pecas, manchas y del cáncer de piel.
2007-06-13 | 627 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 100 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2002 Pags. 506-508 Arch Argent Pediatr 2002; 100(6)