El enfoque evolucionista de la medicina

Autor: Cereijido Marcelino

Fragmento

Los creacionistas judeocristianos aceptan que el mundo, tal como lo vemos ahora, fue hecho en seis días por Dios, hace de esto unos seis mil años, quien coronó su obra generando un hombre a partir de un muñeco de barro del que luego tomó una costilla para transformarla en mujer. Los evolucionistas, en cambio, entienden que la realidad que vemos en cada instante es una configuración pasajera e irrepetible que va adoptando la descomunal disipación energética comenzada con la Gran Explosión hace unos quince mil millones de años. Esas configuraciones pasajeras adoptan la forma de partículas elementales, átomos, estrellas, galaxias, sistemas planetarios. De pronto, en la superficie de uno de los planetas, la Tierra, se acumula una sopa chirle que experimenta un complejísimo proceso químico, y se va agrumando aquí y allá en estructuras efímeras que llamamos células procariontes, luego algunas de éstas se asocian más o menos establemente y dan origen a los eucariontes, y algunos de éstos también se asocian generando organismos multicelulares. En determinados momentos, ciertos organismos invaden la ribera húmeda de la corteza terrestre, se adaptan, después acceden a las regiones secas, otros regresan al mar, vuelan sobre él, pero es importante tener en cuenta que ninguno de esos organismos es una “cosa” que vive en un escenario inerte, sino que es la forma espacial que adopta un proceso que continúa su intenso intercambio de materia y energía con el medio y con otros organismos. Por eso, tomados en escala cósmica, un hongo, un gato, un elefante, un hombre, no son más que fogonazos, lugares donde coinciden momentáneamente los flujos de agua, sodio, potasio, anhídrido carbónico, oxígeno, urea, glucosa.

Palabras clave:

2007-06-18   |   642 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 100 Núm.2. Marzo-Abril 2002 Pags. 147-151 Arch Argent Pediatr 2002; 100(2)