Autor: González Pérez José de Jesús
Digno es de ciudadanos responsables enorgullecernos de la libertad lograda por nuestros héroes nacionales. Fueron muchas las personas que dieron su vida para que el día de hoy en nuestro país y en general en la mayor parte de los países del mundo se goce de la libertad civil. Tanto Don Miguel Hidalgo en Guadalajara, como Don José María Morelos en Apatzingán declararon la abolición de la esclavitud en nuestra tierra (Aunque a decir verdad en la Nueva España nunca existió legalmente la esclavitud). Pero que triste sería celebrar nuestra independencia cuando en nuestro interior no estemos viviendo un auténtico estado de libertad. Y es que conforme ha pasado el tiempo muchas personas han ido perdiendo esa prerrogativa esencialmente humana de ser libre de sus actos. Engañados por falsas ideas de libertad han terminado esclavizados de sus propios caprichos y antojos. No está por demás señalar que es esta época la que más ha estimulado una de las peores formas de esclavitud psicológica: las adicciones. Tampoco es exagerado decir que muchos individuos han entregado su capacidad racional para que sean los medios de comunicación los que piensen y decidan por ellos. Es la televisión la que en muchos casos marca las modas, la que dice lo que es bueno y malo, la que decide la forma de vida y las costumbres, en fin, la que absorbe la capacidad de decisión del individuo. Es cierto que somos libres cívicamente, pero cabría hacernos la pregunta ¿somos libres psicológicamente? Porque hacer lo que se nos antoja en el momento que se antoja no necesariamente es señal de libertad. ¿Cuántas personas se ven esclavizadas por sus propios impulsos del momento, que vienen a derribar sus intenciones para alcanzar un objetivo racionalmente planeado? ¿Será realmente libre la persona que solo se limita a buscar los placeres del momento? San Agustín lo describe como la esclavitud de las propias pasiones que se vuelven necesidad y que amarran como una cadena. Fue un gran mérito de nuestros héroes darnos libertad civil, pero debe ser una tarea personal individual luchar día con día por alcanzar la plena libertad psicológica. Liberarnos cada vez más de las ataduras que impiden que ejerzamos con plenitud ese gran don que solo a nosotros se nos ha dado: La libertad.
Palabras clave: Libertad civil libertad psicológica.
2007-06-28 | 4,206 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 2 Núm.3. Junio 2006 Pags. 144-145 Notas 2006; Especial(3)