El niño febril de 1 a 24 meses de edad

Autor: Straface Ricardo T

Resumen

El objetivo de este trabajo fue abordar dos aspectos relacionados con la fiebre en pacientes cuya edad oscilaba entre 1 y 24 meses. Por un lado, se estudiaron las características de las consultas y, por el otro, se evaluó su atención, mediante una investigación clínica, prospectiva y multicéntrica. Se constituyó a los efectos un grupo integrado por pediatras asesorados por epidemiólogos y bioestadísticos, y se diseñaron tres protocolos para observar: - El reconocimiento de los aspectos de la consulta ambulatoria (Protocolo 1). - Los factores de riesgo, el perfil clínico y los estudios auxiliares obtenidos durante la internación (Protocolo 2). - La operatividad del flujo de información diseñado para este estudio, multicéntrico y prospectivo (Protocolo 3). De 65.203 consultas realizadas en guardias y consultorios externos de los hospitales de la región metropolitana (Ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos Aires) se detectaron 14.468 casos de niños con fiebre. Además, se estudiaron 823 inernados por fiebre para buscar un vínculo significativo en tres variables fundamentales: los diagnósticos finales graves, la incidencia de bacteriemia y las convulsiones febriles. La gravedad se asoció con hipoinmunidad, patología febril previa, puntuación YOS (Yale Observation Scales) mayor a 10, presencia de petequias fuera del área de Valsalva, hemocultivo positivo, índice cayado/polimorfonucleares totales igual o mayor a 0.14 y pruebas auxiliares para enferm-dades focales. A su vez, la bacteriemia determinada por el hemocultivo positivo tuvo las mismas asociaciones. Las convulsiones febriles se asociaron con enfermedad grave, bacteriemia y en el grupo de convulsivos se realizaron mayor número de punciones lumbares. Es de suma importancia utilizar las medidas antipiréticas balanceando tanto los efectos beneficiosos de la fiebre al potenciar la respuesta inmune como los adversos: como el catabolismo proteico, las mialgias y el aumento del gasto metabólico. Los paños tibios y el paracetamol son, en la actualidad, la opción más recomendable para dar confort al niño. Asimismo, se evaluó el uso del tratamiento empírico inicial como una alternativa válida. Se articularon 6 pasos obligatorios para la atención del niño febril. Finalmente, se redactaron once conclusiones.

Palabras clave: Fiebre convulsiones febriles bacteriemia tratamiento empirico inicial escalas de observación clínica.

2007-07-09   |   1,231 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 99 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2001 Pags. Arch Argent Pediatr 2001; 99(6)