Fragmento

Cada vez más la práctica de la medicina implica interactuar con colegas o con profesionales de otras disciplinas. Cada vez resulta más necesario compartir con otras personas el tratamiento de pacientes complejos, que no andan bien o con problemas poco frecuentes. Se trata, entonces, de hablar de las prácticas mencionadas en el título de este editorial, cuya enseñanza no está incluida en nuestros programas de formación, pero que requieren de una serie de habilidades y actitudes que resultan esenciales para que tales prácticas beneficien al paciente con toda su potencialidad. La consulta es el pedido de opinión a un colega sobre un aspecto determinado del paciente. El médico de cabecera no pierde durante la misma la responsabilidad del cuidado del niño. Idealmente debería especificarse el motivo por el cual se hace la consulta, qué es lo que se espera de la misma. Esto ayuda tanto al que la pide como al que la evacúa. Si se trata de una consulta sobre una imagen o un resultado de laboratorio, es preferible que sea realizada por el mismo pediatra de cabecera. No nos olvidemos que muchas veces basta con el envío por fax de una curva de crecimiento o la descripción de un resultado de laboratorio, para lo cual no es necesario obligar al paciente a un traslado; sin embargo, esto no siempre es posible y cuando se trata de aspectos vinculados con el examen físico, entonces es el paciente el que debe concurrir a la consulta.

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2007-07-11   |   644 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 99 Núm.5. Septiembre-Octubre 2001 Pags. 385-386 Arch Argent Pediatr 2001; 99(5)