El ultrasonido de alta resolución tiene mayor sensibilidad que el examen clínico (97% vs 73% respectivamente), así como una alta especificidad (93%) cuando se emplea asociado con la citología por aspiración con aguja fina (CAAF). v Esto hace del ultrasonido una modalidad imagenológica para la evaluación de las linfadenopatías cervicales. Sin embargo, a menudo la CAAF no ofrece información diagnóstica y no siempre es posible realizarla en todos los centros. Los criterios sonográficos para diferenciar los nódulos linfáticos normales de los anormales están bien establecidos. Entre éstos están la necrosis intranodal, la presencia de calcificaciones, el edema perinodal y la heterogeneidad, que son características específicas de los ganglios anormales, mientras que el tamaño, la forma, la ecogenicidad del hilio y los bordes del ganglio son considerados inespecíficos. Estos criterios aunque son considerados inespecíficos se utilizan con frecuencia en el diagnóstico diferencial. Un hecho importante es conocer la anatomía del cuello y cómo se clasifican las regiones ganglionares. De forma general, se consideran 8 regiones: 1 submentoniana, 2 submandibular, 3 parotídea, 4 cervical superior, 5 cervical media, 6 cervical inferior, 7 fosa supraclavicular y 8 triángulo posterior. Cada una de ellas es el área de drenaje específico de una zona anatómica, que orienta en buscar la patología primaria.
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2003-01-03 | 967 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 16 Núm.3. Septiembre-Diciembre 2000 Pags. 208-209. Rev Cubana Oncol 2000; 16(3)