Autor: Torres Lobatón Alfonso
En la actualidad, el cáncer cervicouterino invasor temprano es la neoplasia invasora que se diagnostica con mayor frecuencia en algunos de los centros oncológicos que atienden población abierta en nuestro país, como se muestra en uno de los artículos del presente número. Si bien, el tratamiento quirúrgico estándar aceptado para el manejo de la neoplasia con dimensiones menores de 4 cm (Estadio Ib1) es la histerectomía radical clase III de Rutledge y Piver en la que se realiza la resección completa del ligamento cardinal con el contenido ganglionar paracervical y parametrial, mediante la disección ureteral hasta la vecindad de su entrada a la vejiga urinaria y, de acuerdo con algunas escuelas, a través de la resección de las ramas anteriores del plexo hipogástrico, conservando la arteria vesical superior. Este procedimiento tiene como principal desventaja su morbilidad, representada por complicaciones urinarias, sobre todo la disfunción vesical, la cual apreciada en una de cada cinco pacientes y, desde luego, no está exenta de mortalidad operatoria. Los resultados –como los presentados por el Dr. Morales y colaboradores, quienes a través de un mapeo centelleográfico demostraron captación del radiocoloide (ganglio centinela) en ganglios obturadores e ilíacos externos con ausencia de captación de los ganglios parametriales–, justifican la consideración menos radicalidad de abordar la resección del tejido parametrial en pacientes con lesiones invasoras tempranas, en las que las cifras reportadas de metástasis ganglionares son muy bajas.
2007-08-20 | 2,277 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 6 Núm.2. Marzo-Abril 2007 Pags. 27 Gamo 2007; 6(2)