Manejo de la Enfermedad Renal Crónica

Autor: Suárez Rey María Luisa

Resumen

La enfermedad renal crónica (ERC) es una de las enfermedades renales más frecuentes en perros y en gatos y una de las principales causas de mortalidad en pacientes de edad avanzada. La ERC se caracteriza por la aparición progresiva de lesiones estructurales irreversibles y que no provocan sintomatología aparente hasta que la enfermedad se encuentra ya en estadios muy avanzados. Los pacientes con ERC pueden sobrevivir por meses o años con buena calidad de vida. Y aunque no existe todavía un tratamiento que pueda corregir las lesiones renales ya instauradas, las consecuencias clínicas y bioquímicas ocasionadas por la insuficiencia funcional pueden ser mejoradas con un tratamiento de soporte y sintomático. Además, existen ciertas estrategias terapéuticas que pueden retrasar o frenar los mecanismos los mecanismos inherentes que provocan la progresión de la enfermedad renal. El tratamiento de la ERC incluye normalmente una terapia específica, la prevención y tratamiento de las complicaciones ocasionadas, el manejo de las enfermedades concomitantes y una terapia nefroprotectora diseñada para enlentecer la progresión. El tratamiento específico se basa en el mecanismo etiopatogénico responsable de la nefropatia primaria, aunque desafortunadamente son pocas las ocasiones en las que disponemos de un diagnóstico renal específico. Y aunque las lesiones que provocan enfermedad renal crónica son irreversibles y rara vez existe un tratamiento específico que pueda eliminar completamente el proceso se puede establecer ciertas medidas capaces de frenar la progresión. El tratamiento que se dirige contra las complicaciones ocasionadas por el fracaso renal se denomina tratamiento médico conservador. Los objetivos de este tratamiento son mejorar las manifestaciones clínicas provocada por las toxinas urémicas, minimizar las alteraciones asociadas con el exceso de pérdida de electrolitos, vitaminas y minerales, mantener un adecuado soporte nutricional y modificar la progresión del daño renal. Estos objetivos se consiguen mejor cuando se establecen tratamientos individualizados a cada paciente, basados en sus propias anormalidades y complicaciones existentes. En este sentido, una parte integral del tratamiento médico conservador es la monitorización frecuente de los pacientes (hallazgos clínicos y laboratoriales), tanto para valorar la eficacia de las medidas terapéuticas recomendadas como para la identificación temprana de nuevos desordenes que puedan ser tratados.

Palabras clave: Enfermedad renal crónica perro gato.

2007-08-24   |   1,562 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 2 Núm.1. Enero-Abril 2007 Pags. RECVET 2007; II(1-4)