Autores: Pérez Guisado Joaquín, Muñoz Serrano Andrés, López Rodríguez Rocío
Actualmente, en los países desarrollados, el perro ha dejado de ser un animal de trabajo para convertirse en un miembro más de la familia. Sin embargo, muchas veces olvidamos que a pesar de que el ser humano tiene un sistema social análogo al del perro, puede resultar un gran error antropomorfizar en demasía esta relación. Cada vez son más frecuentes los casos reportados de agresividad por dominancia, llamando la atención que suelen darse en hogares en los que el perro es tratado tan bien como se trataría a una persona. Este tipo de conducta repercutirá negativamente no sólo a los propietarios del perro, sino también a él mismo, ya que los problemas de agresión son la primera causa de eutanasia en el perro. El objeto de nuestro estudio es determinar qué factores dependientes del dueño, pudieran estar asociados a la agresividad por dominancia, con el objetivo de que una vez conocidos, podamos asesorar a los propietarios de los perros de cómo deberían de tratarlos. Los resultados dejan claro que existen factores asociados a una mayor agresividad por dominancia, que son dependientes del dueño y se pueden modificar: el no haber tenido perros con anterioridad, no someterlo a entrenamiento básico de obediencia, que el dueño no sea el principal implicado en el entrenamiento de obediencia, consentir o mimar al perro, no emplear el castigo de tipo físico, adquirirlo con los propósitos de regalo-simple mascota-guarda-defensa-capricho, castrar a las hembras, dar comida húmeda, dejarle la comida indefinidamente y dedicarle poco tiempo en general y en sus paseos. Por otra parte hemos comprobado que existen otros factores que son dependientes del dueño y no modificables que también se asocian a una mayor agresividad por dominancia: que el dueño sea mujer, que tenga un nivel elevado de estudios, que tenga una edad inferior a los 30 años y que haya una sola persona conviviendo con el perro o más de tres. No obstante hay que recalcar que estos factores se asocian a los anteriores, es decir, las personas que presentan estas características tienden a comportarse con el perro utilizando los factores modificables que se asocian a mayores niveles de agresividad por dominancia. Por ello, podemos concluir que lo que verdaderamente influye en la conducta dominante agresiva del perro esta relacionado con factores que podemos modificar.
Palabras clave: Agresividad castigar competitiva consentir dueño dominancia entrenamiento de obediencia mimar perros peligrosos problemas de conducta.
2007-09-14 | 2,452 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 1 Núm.1. Mayo-Agosto 2006 Pags. RECVET 2006; 1(1)