Fragmento

Un animal que se puede sentir agradecido por el siglo XX es el xoloitzcuintle. Contrario a numerosas especies para las cuales los últimos 100 años representaron una hecatombe, que en diversas ocasiones llevó hasta su extinción, en el caso del perro pelón significó salir del anonimato, convertirse en símbolo de al menos dos países (México y Perú), ser el personaje principal de clubes de canofilia, ver a académicos de muy diversas áreas interesados en su estudio; bueno, hasta se ha convertido en modelo para obras de arte y se le ha colocado a nivel de dios antiguo. Simplemente un siglo XX con un encumbramiento que ya quisiera más de un personaje de la historia humana. Una evidencia de ello la tenemos al constatar cuánto ha avanzado nuestro conocimiento sobre el perro pelón. En 1920 el investigador Glover M. Allen, de la Universidad de Harvard, publicó Dogs of the American Aborigines, obra en la cual mostró lo que en ese momento se conocía acerca de los perros nativos americanos y, aunque describe al xoloitzcuintle, no mostró cráneo ni dentición porque le fue imposible hacerse de uno. Ochenta años después tenemos colecciones de perros pelones antiguos y actuales, estudios de ADN, de su genética, de su herencia, de su historia, todo esto realizado aquí, en México, justo como corresponde a un animal doméstico mexicano.

Palabras clave: Xoloitzcuintle canofilia.

2007-09-19   |   1,492 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 18 Núm.4. Julio-Agosto 2007 Pags. 90-91 Revista AMMVEPE 2007; 18(4)