Fragmento

Sin duda, en la última década, el médico psiquiatra cuenta, gracias a los avances en diversas áreas de las neurociencias, las ciencias sociales y las clínicas; con mayores posibilidades de hacer prevención, detección oportuna, diagnósticos más certeros y puede otorgar tratamientos más precisos efectivos a quien acude a solicitar sus servicios. Como prestadores de servicios debemos considerar que, según datos reportados, 28.6% de nuestra población ha presentado algún trastorno mental alguna vez en su vida y solamente 1% de ellos ha recibido atención especializada. Incorporar en nuestra práctica clínica cotidiana las aportaciones que se han generado en áreas como la clinimetría, los instrumentos de diagnóstico, la imagenología, la biología molecular, la genética, las guías consensadas de tratamiento, nos compromete a tener intervenciones integrales, que abarquen el ciclo completo desde la prevención hasta la rehabilitación y reinserción social. El tratamiento para ser integral debe abarcar los factores que intervienen en la generación de la psicopatología, es decir, considerar aspectos biológicos, psicológicos y sociales. Sabemos que la base del tratamiento, sobre todo en el eje uno, es la psicofarmacología; sin embargo, hay múltiples reportes científicos que muestran como la combinación fármaco-psicoterapia hace más efectiva la intervención del psiquiatra, tanto en la pronta mejoría, la remisión de sintomatología, como en evitar recaídas y recurrencias; es por eso que el psiquiatra debe utilizar la psicoterapia siempre como una herramienta de gran valor dentro de los tratamientos disponibles en el área de su competencia, como elemento fundamental de su actividad clínica; dejando atrás dicotomías terapéuticas.

Palabras clave: Psiquiatría psicofarmacología combinación fármaco-psicoterapia.

2007-10-22   |   1,498 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 16 Núm.4. Julio-Agosto 2007 Pags. 85-86 Psiquis 2007; 16(4)