Al exponer algunas ideas sobre los retos del salubrista, el autor se declara partidario del optimismo en el trabajo que se fundamenta en las siguientes consideraciones: el papel del salubrista seguirá en ascenso en la sociedad y en los estamentos gubernamentales o no gubernamentales, porque tienen las respuestas para las crisis, han vivido sus propias revoluciones epidemiológicas y su aporte a la salud de los pueblos es significativo. Se han incorporado al quehacer científico y de trabajo del salubrista, con carácter interdisciplinario y transprofesional, los aportes de la economía, de las ciencias sociales, de la psicología, de la pedagogía, de la cibernética, de la ecología y la demografía, lo que permite ampliar el horizonte de trabajo. No están los salubristas fuera de las reformas políticas, de los proyectos de descentralización y, sobre todo, de los lineamientos de justicia social, de equidad y de la batalla por el desarrollo humano como base para el desarrollo económico. Los salubristas son democráticos desde los albores de la salud pública y, por lo tanto, el bien individual no lo ven aislado de su propio asidero: el bien social, nacional y mundial. La salud pública se ha desarrollado a través del tiempo por la búsqueda de la calidad y con sólidas bases estadísticas que le permite llegar con claridad a la cibérnética, no como un fin, sino como un medio. La internacionalización del conocimiento es una tesis definida por los salubristas, se tiene experiencias y formas para enfrentar los nuevos cantos de sirena.
Palabras clave: Salud pública internacional.
2007-10-31 | 1,172 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 33 Núm.3. Julio-Septiembre 2007 Pags. Rev Cubana Salud Pública 2007; 33(3)