Autor: Viesca Treviño Carlos
Michel Montaigne destaca entre los escritores del Renacimiento por la infinita variedad de materias que componen su único tema, la observación de sí mismo y la construcción de su propia vida. Es en este sentido el más renacentista de ellos. Pero, también ese hombre es el terreno fértil en el que se cruzan todos los caminos del espíritu del Renacimiento y se encuentran los conflictos que definen el nacimiento del individualismo occidental, y su escritura es el reflejo de ese encuentro que, de ser sólo narrativo, sería una autobiografía y que, siendo un tejido de apretada trama, una historia en el más estricto sentido de lo que significa el término, revela la urdimbre de la construcción de su “sí mismo”. Para cualquier observador de su época, aún para los no muy avezados, Montaigne encuadraba muy bien en el rubro del melancólico. De movimientos lentos y órbitas amplias, como Saturno, taciturno, alejado de la relación con sus semejantes, que no son sus iguales, el melancólico es el hijo predilecto del Renacimiento.
Palabras clave: Montaigne melancolía.
2007-11-06 | 2,388 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 15 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2006 Pags. 163-171 Psiquis 2006; 15(6)