Fragmento

La pérdida de un gran médico, sorprendente y fulminante además en este caso, enluta doblemente a la sociedad en la cual el Doctor Juan Carlos Salaberry se desempeñaba. No sé si este artículo será publicado en nuestra Revista Neurológica, primero porque el presente obituario hace referencia a un neurocirujano y no a un neurólogo, segundo porque no me ha sido solicitado, y tercero porque no formo parte del equipo con el cual el Doctor Salaberry trabajaba actualmente. Conocí al Doctor Salaberry en 1979, cuando este gran neurocirujano había completado su formación en la Escuela del Hospital de Clínicas, Ex Costa Buero. Lo encontré transitando diariamente los corredores del Hospital Churruca. Aunque se movía con mucha rapidez, siempre tenía tiempo para un diálogo amable y fraterno. Allí compartí su amistad con los Dres. Jorge Leston y Enrique Faccio, que me lo presentaron. Era notable el aprecio que Juan Carlos sentía por nosotros, neurólogos clínicos, y como nos enriquecíamos recíprocamente a través del diálogo interdisciplinario. Por entonces se decía que Juan Carlos llegaría a ser un número uno de la Neurocirugía, dada la suma de su perspicacia clínica con su notable técnica y destreza quirúrgica. El Dr. Rogelio Driollet Laspiur, entonces su Jefe, decía que no quería hacer una operación difícil sin contar a su lado con el Dr. Salaberry como primer ayudante. Fue propio del gran reconocimiento que sus colegas de Especialidad le tributaban, que posteriormente el Dr. Carlos Vázquez Villa dijera lo mismo en el Sanatorio Antártida (IMA), y creo que lo mismo le habrá sucedido al Dr. Jorge Salvat en el Instituto FLENI, lugar en el cual Juan Carlos habría de establecerse definitivamente.

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2007-11-12   |   4,033 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 32 Núm.2. Julio-Diciembre 2007 Pags. 145-146 Rev Neurol Arg 2007; 32(2)