Nova de cara al reto que representa la seguridad alimentaria

Autor: Almansa Manrique Jorge E.

Fragmento

En 1962, Rachel Carson, el moderno icono de los ambientalistas, publicó su Primavera Silenciosa, considerada por muchos como la primera revisión juiciosa sobre el impacto de los plaguicidas en la naturaleza. Tras documentar el efecto letal del DDT sobre algunas especies de avifauna, preveía una primavera sin el canto de los petirrojos, los tordos, los arrendajos o el arrullo de las palomas, como consecuencia, de la toxicidad de los productos empleados a gran escala para el control de vectores. Dicha publicación, inicia una preocupación de al menos una fracción importante de la raza humana por un trato más amable con el medio ambiente, en aras de preservar nuestra propia subsistencia sobre el planeta. Para 1971 Maurice Pasquelot, un periodista francés, presentaba su La terre chauve (La tierra intoxicada), una visión apocalíptica de los efectos de la tecnología. En el prefacio se lee sin ambages, “este libro es terrorífico”. Por otra parte los antibióticos, empleados en la lucha contra mortales enfermedades y nacidos industrialmente apenas unas décadas atrás, que se empezaron a utilizar para incrementar los índices de conversión de alimento en los animales de granja, o para mejorar como es el caso del cloranfenicol, el aspecto de las carnes rojas, habían seleccionado las poblaciones bacterianas que ya entonces se mostraban resistentes a su actividad sanadora. Según el autor, un vaso de leche podía llegar a tener 10 Unidades Internacionales de penicilina.

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2007-12-05   |   758 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 4 Núm.6. Junio-Diciembre 2006 Pags. N O V A 2006; 4(6)