Mycoplasma pneumoniae:

lo que nos queda por conocer 

Autor: Bologna Rosa

Fragmento

Inmediatamente después de la identificación de Mycoplasma pneumoniae como agente etiológico de la neumonía atípica primaria en la década de 1960 surgió un notable interés por dilucidar la incidencia, prevalencia, modo de transmisión y espectro clínico de las enfermedades asociadas con este nuevo microorganismo. Una de las características distintivas de M. pneumoniae es la ausencia de pared celular, lo cual hace que no sea afectado por los antibióticos b-lactámicos y no sea visible con la tinción de Gram. Esta bacteria, de distribución universal, puede comprometer tanto el tracto respiratorio alto como el bajo y ocurrir tanto en forma endémica como epidémica, en niños y adultos. Los síntomas de infección más frecuentes incluyen odinofagia, cefalea, fiebre y tos no productiva, en algunos casos acompañados de conjuntivitis y miringitis, que pueden durar de días a semanas. En los menores de 5 años, las manifestaciones más frecuentes incluyen predominantemente los signos respiratorios altos con coriza y pueden aparecer sibilancias, mientras que la progresión a neumonía es relativamente infrecuente; a diferencia de los niños mayores de 5 años, en los que la aparición de neumonía con compromiso unilateral o bilateral es más frecuente. En casos no complicados, la fiebre suele durar alrededor de una semana, en tanto que la astenia y la tos pueden persistir dos semanas o más. La presentación clínica puede ser indistinguible de la generada por otros microorganismos responsables de neumonía “atípica”, como Chlamydia pneumoniae, y puede existir co-infección con otros agentes, como los virus respiratorios.

Palabras clave:

2008-01-22   |   793 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 106 Núm.1. Enero-Febrero 2008 Pags. 3-5 Arch Argent Pediatr 2008; 106(1)