Autores: Lezcano Andrea, Balbaryski Jeannete, Torres Fernando, Cutri Adrián, Coarasa Alejandra, Ossorio María Fabiana, Ferrero Fernando
Introducción: Clásicamente, la infección por Mycoplasma pneumoniae se consideró propia de escolares y adolescentes, pero existe evidencia de que ocurre a edades más tempranas. Esto podría relacionarse con fenómenos sociales, como hacinamiento y concurrencia a centros de cuidado diurno más frecuentemente y tempranamente que hace dos décadas. Determinamos la prevalencia de anticuerpos anti-Mycoplasma pneumoniae en niños de 0-12 años de edad y evaluamos si la edad, la asistencia a centro de cuidados diurnos/escuela, el hacinamiento o la convivencia con niños incrementan el riesgo de seropositividad. Población, material y métodos: Este estudio transversal incluyó niños de 0-12 años de edad que requirieron extracciones por cirugía programada. Se excluyeron aquellos con infecciones agudas, patología crónica o alteración inmunitaria conocida. En todos los casos se consignaron las variables a estudiar y se determinó IgG anti-Mycoplasma pneumoniae por enzimoinmunoanálisis. Se valoró la asociación entre predictores y seropositividad en un modelo de regresión logística. Resultados: Se incluyeron 355 pacientes, con edad promedio 4.8 + 3.1 años. Concurrían a centro de cuidado diurno/escuela 57.6%, convivían con menores de 12 años 70.1% y presentaban hacinamiento 27.3%. El 12.4% mostró anticuerpos anti-Mycoplasma pneumoniae. Los seropositivos presentaban una edad significativamente mayor que los seronegativos (7.1 + 3.15 años contra 4.4 + 3.06 años, p < 0.0001). Luego de controlar por el resto de las variables, la edad permaneció como predictor independiente (OR: 1.19, IC 95%: 1.043-1.362). Conclusiones: La prevalencia de seropositividad para Mycoplasma pneumoniae en niños de 0-12 años de edad fue 12.4% y la edad se mostró como predictor independiente de ella.
Palabras clave: Mycoplasma pneumoniae infección respiratoria neumonía.
2008-01-22 | 1,648 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 106 Núm.1. Enero-Febrero 2008 Pags. 6-10 Arch Argent Pediatr 2008; 106(1)