Fragmento

Señor Editor: He leído la carta del Dr. Carlos Grandi relacionada con nuestro artículo sobre desarrollo de complicaciones en niños con meningitis. Agradecemos la pertinente intervención y esperamos poder aclarar algunos errores involuntarios. En relación con las variables cualitativas de más de una categoría, dicho enunciado se refiere al “agente etiológico” (en LCR y/o hemocultivos), que contempla tres categorías: H. inflenzae, N. meningitidis y S. pneumoniae. Esta es la variable tratada como “dummy”. Su nominación como “variable ficticia” fue efectuada por el corrector de estilo de la revista sin consulta a los autores. La salud y las curvas de crecimiento Señor Editor: Virchow revolucionó la ciencia cuando dijo que las causas de las enfermedades había que buscarlas en la célula, dando por tierra al paradigma hasta entonces vigente de los cuatro humores. En respuesta a la carta del Dr. Abeyá Señor Editor: La carta del Dr. Abeyá publicada en este mismo número, con comentarios sobre un artículo mío de Archivos 2007, 106: 145-151 me sorprende por varias razones. En primer lugar, porque es contradictoria con un artículo firmado por él mismo (Arch Argent Pediatr 2007; 105: 159-166), en conjunto con muchos otros pediatras interesados en crecimiento y nutrición. En segundo lugar, porque dice que mi artículo es redundante, cuando en realidad se trata de una expansión del tema de las tablas de crecimiento, un análisis hecho en mayor detalle que puede ser de utilidad a los lectores interesados. Señor Editor: En relación al artículo del Dr. Horacio Lejarraga sobre uso de tablas de crecimiento, recientemente publicado en Archivos 2007; 105 (2): 541-545, quiero manifestar mi total acuerdo con las ideas expresadas en él, recomendando la incorporación de las tablas propuestas por la OMS, solamente en lo que corresponde al período 0-2 años. Más allá de esta edad, para uso clínico debemos continuar con las tablas nacionales, de carácter descriptivo, que dan cuenta de cómo crecen nuestros niños.

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2008-01-22   |   831 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 106 Núm.1. Enero-Febrero 2008 Pags. 92-94 Arch Argent Pediatr 2008; 106(1)