Autor: Otero Ruiz Efraím
Clara obligación de los médicos contemporáneos es la de escribir la historia de sus especialidades. La razón principal es el vertiginoso progreso de las mismas en los últimos dos o tres decenios, con una acumulación tal de nuevos conocimientos que ya ni los computadores más veloces pueden procesar o almacenar, necesitando ellos mismos ser tecnológicamente renovados año por año. Sólo ciertas personas pueden abrirse paso a través de esa maraña de información para, periódicamente, decantarla y dejar saber qué es lo verdaderamente duradero para trasmitirlo a sus alumnos o a sus colegas de las nuevas generaciones, dejando así constancia de los “hombros de gigantes”, como ha titulado Stephen Hawking su reciente libro sobre la evolución de la física. Esa es la labor del historiador médico que, por su misma esencia, lo va transformando en historiador humanista, figura indispensable en la ciencia de nuestros días.
2008-03-26 | 887 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 29 Núm.2. Junio 2007 Pags. 130-131 Medicina Ac. Col. 2007; 29(2)