Autor: Rosselli Quijano Andrés
Un día de febrero, hace 60 años, el profesor Héctor Pedraza, quien dirigía el estudio de cerebro de Anatomía Segunda, me seleccionó para que dictara a mis compañeros de primer año una charla sobre circulación cerebral. Fue mi primera experiencia docente y preparé con tanto empeño el tema que lo recuerdo como si fuera ayer. Creo que allí se me descubrieron dos caminos: uno, que el estudio del cerebro da para estudiarlo con pasión toda la vida; el otro, que la docencia es un buen truco no sólo para luchar contra la timidez sino para obligarlo a uno a mantenerse actualizado e incluso, para clarificar las ideas propias y confrontarlas con las ajenas. Un misterio que se me presentó desde entonces, era el de cómo el cerebro aprovechaba el veinte por ciento del flujo sanguíneo que bombea el corazón para transformarlo, de alguna manera, en pensamiento y lenguaje. En los próximos veinte minutos voy a tratar de sintetizarles brevemente cómo trabajan los dos hemisferios cerebrales en el procesamiento del lenguaje, empleando áreas corticales y subcorticales irrigadas profusamente por las dos arterias carótidas internas que son la principal fuente del flujo cerebral.
2008-03-27 | 741 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 25 Núm.1. Abril 2003 Pags. 30-32 Medicina Ac. Col. 2003; 25(1)