Autor: Gómez Gutiérrez Alberto
Estamos congregados hoy para celebrar el ascenso del académico Hernando Ordóñez a la Categoría de Miembro Honorario de esta corporación. A esta distinción ha llegado el profesor Ordóñez por el camino de la excelencia profesional, pero también a través del arduo camino de la investigación y la docencia. A partir de sus estudios de postgrado en París a finales de los años 30 del siglo que ya terminó, con la tutoría del Profesor León Binet (1891-1971) y bajo la decanatura del eminente Profesor Gustave Roussy (1874-1948), epónimo de las enfermedades de Roussy-Lévy y de Déjerine-Roussy, del síndrome de Roussy-Cornil, de la sarcoidosis de Darier-Raussy, del prestigioso Instituto Gustave Roussy de Investigación del Cáncer y, coincidencialmente, del edificio Gustave Roussy del Hospital Cochin en el que yo mismo hice mi doctorado, el doctor Ordóñez hizo una brillante carrera de fisiólogo, en la tradición que iniciara en Francia Claude Bernard (1813-1878). Esta tradición quedó debidamente registrada en las múltiples obras de Bernard entre las que sobresale la Introducción al estudio de la medicina experimental, publicada en París en 1865. Precisamente, una de las ediciones francesas hechas con motivo del centenario de su aparición, fue prolongada por el tutor del profesor Ordóñez, el profesor Binet. Así es que me atrevería a decir que la escuela experimental de la medicina colombiana se inició formalmente, y con derecho propio, con los trabajos de fisiología del profesor Hernando Ordóñez. De ello da fe su ingreso en los años 50 a la dirección del Instituto de Biología Experimental en la Universidad Nacional.
2008-03-27 | 593 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 25 Núm.2. Agosto 2003 Pags. 111-112 Medicina Ac. Col. 2003; 25(2)