Autor: Rueda Pérez Gilberto
Hablar de la tuberculosis a nivel mundial es una tarea inconmensurable, trataré de hacer un resumen histórico sobre esta enfermedad que acompaña al hombre desde sus orígenes, a través de una serie necesariamente incompleta de proyecciones o diapositivas que me permitiré mostrarles a continuación. En los maravillosos frescos de la Capilla Sixtina, en Roma, podemos ver retratada la creación del mundo, a continuación la creación del hombre y, luego la interpretación del Génesis, según la cual Dios, al ver al hombre muy sólo en el paraíso, decidió darle una compañera y para ello le infundió un profundo sueño, le resecó una costilla, llenó de carne el área dejada por la costilla y de allí produjo a Eva, y con ella la felicidad; pero esta vino a ser interrumpida por la tentación inducida por la serpiente a través de la figura de la manzana, el fruto prohibido, el pecado y como condigno castigo la expulsión del paraíso y la aparición de la temible enfermedad cuando Dios sentenció: “Os someteré al temor, a la consunción y a la fiebre, que gasta los ojos y consume la vida”. Consunción se llamó la tuberculosis desde ese entonces, hasta épocas muy cercanas a nosotros. En el erguido Homo sapiens, en su ignorancia acerca de la curación de los enfermos, surge sin embargo, el principio o el sentido de la solidaridad y ante la persona herida o enferma, el hombre sano la lleva sobre sus hombros y procura en alguna forma aliviar su dolor. Tenemos vestigios de la tuberculosis ósea, específicamente en la columna vertebral, desde épocas remotas.
2008-03-27 | 844 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 25 Núm.2. Agosto 2003 Pags. 119-121 Medicina Ac. Col. 2003; 25(2)