Filipica

Autor: Caeiro Tomás Francisco

Fragmento

Soy el Hospital y después de 50 años de silencio, he decidido hablar. Te he elegido a vos como destinatario de mi parloteo porque te tengo a mano. Además, estás todavía en la edad de poder evocar recuerdos y me resulta fácil meterme y hurgar en tu memoria y hasta en tu conciencia. Comienzo por desafiarte a que me digas si te acuerdas de mis comienzos. Ya sabes que fui concebido hace casi 60 años allá en l948, pero percibo que de aquellos mis primeros tiempos, nada te quedó en la memoria porque no te participaban, o los problemas de tu casa eran otros y más importantes o eras un niño bobo de los que demoran en usar la razón o quizá ya empezabas a ser como lo han sido otros, que sólo se acuerdan de mí cuando me necesitan y les soy indispensable. Sólo guardas imágenes borrosas, no tienes idea de la fecha pero algo te acuerdas de cuando el concurso de proyectos y de aquella modesta exposición de maquetas. Fue mi primera aparición pública y mostré en unos artesanales modelitos de cartón, cómo los arquitectos me habían soñado. Vos tienes presente el de varios cuerpos y techos rojos a dos aguas de SG o el más compacto de JR pero finalmente, ganó el de SE que se parecía tan poco a lo que hoy soy, pero no te preocupes, las cosas a la larga, siempre terminan siendo bastante distintas a lo planeado (y no por ello peores). Tienes sí muy presente casi en detalle, el día que plantaron mi piedra fundamental en abril de l952; curioso que te acuerdes tan bien porque aquél fue un tiempo difícil para todos en tu familia que vivía sobresaltada. Sabes que era un tibio día de sol, que la piedra era cuadrada, blanca, excavada en el centro y con una tapa para contener mi mensaje en un papel duro, enrollado que firmaron todos y que ella fue descendida al pozo con un aparejo fijado en un trípode, el mismo que hasta hace poco sirvió para subir y bajar una bomba de agua. Con frecuencia -porque tienes remordimiento- te veo mirar en el cuadro de tu oficina una de las fotos de aquel acto como si buscaras inspiración en un baldío con las taperas del obrador al fondo y en esos hombres que fueron mis primeros dueños que miran a la cámara con esa apariencia de alegría y seguridad que hoy añoras.

Palabras clave: .

2008-05-01   |   701 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 25 Núm.1. Enero-Marzo 2007 Pags. 5-7. Exp Médica 2007; 25(1)