El porvenir obstétrico de las primíparas cesareanizadas

Autor: Díaz Infante Augusto

Fragmento

Es evidente que una operación cesárea constituye, como antecedente, una anotación roja y notable en la historia de una embarazada. Seguramente que siempre será motivo de preocupación para el tocólogo el porvenir obstétrico de estas operadas y esta inquietud será mayor cuando se trate de pacientes intervenidas por cesárea en su primer parto, ya que es natural suponer la repetición, no sólo de una sino de más gestaciones, pues en nuestro país, y más aún en el medio provinciano, no son excesivamente frecuentes, afortunadamente, las familias con un solo vástago. A medida que se ha extendido el uso de la operación cesárea, ampliando y fijando mejor sus indicaciones, mejorando la técnica hasta hacerla relativamente benigna, y sobre todo substituyendo, ahora sí definitivamente, la clásica o corporal por la baja segmentaria, y cuando la indicación no es permanente, nos plantea, con bastante frecuencia ya, la necesidad de afrontar el problema de admitir el parto posible por las vías naturales en embarazos subsiguientes. Está ya bien establecido que no es real la apreciación de que una vez practicada la primera operación cesárea, los partos siguientes deberán ser indispensablemente por vía abdominal, y ya Waters, Hindman, Schmitz y otros han admitido, modificando la fórmula original, que esta repetición no es invariablemente necesaria. Admitiendo pues que la cesárea no es operación obligadamente iterativa, es indispensable pensar que las posibilidades de partos por la vía vaginal deben ser mayores.

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2008-05-22   |   736 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 76 Núm.4. Abril 2008 Pags. 233-239 Ginecol Obstet Méx 2008; 76(4)