Fragmento

Cuando al inicio es el llanto, la luz, el calor, el sabor amargo llega a ser dulce, cuando pasadas las miles horas es acariciado por el placer de un ensueño. Todo comienza con un beso, con una caricia. En el inicio todo es parte de la alegría, no hay temor ni angustia, no hay esa incertidumbre del mañana. Los juegos son cada vez más fantasiosos y las aventuras aún más extremas en donde brotan las carcajadas al pronunciar tu nombre. Parte de inocencia parte ignorancia, llegamos a pensar que todo esto es nuestro y como nuestro lo disfrutamos, jugamos con las simplezas de la vida y la chispa en nuestro ojos es tan fuerte, tan radiante que ilumina todo el universo y esa luminosidad opaca a su vez todo aquello que tiempo después podemos ver.

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2008-05-29   |   2,090 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 1 Núm.2. Julio 2007 Pags. 68-69 RMCFMSIGLOXXI 2007; 1(2)