Introducción Los inhibidores adquiridos contra los factores de la coagulación son una manifestación más de el fenómeno de autoinmunidad, proceso causal de una morbilidad y mortalidad considerable. Generalmente se trata de anticuerpos dirigidos contra ciertos determinantes antigénicos de los factores de la coagulación específicos. Se han descrito tres tipos de anticuerpos: autoanticuerpos, aloanticuerpos y xenoanticuerpos. Los aloanticuerpos más comunes son aquellos que surgen en pacientes con deficiencias hereditarias de factores de la coagulación que son tratados con proteínas recombinantes o nativas. Son distintos a los autoanticuerpos que surgen de forma espontánea en personas sin coagulopatías hereditarias. Los xenoanticuerpos se desarrollan en pacientes que se exponen a factores de coagulación de origen animal. Los autoanticuerpos aparecen de forma frecuente en pacientes mayores y son atribuidos a una pérdida de la vigilancia inmunológica por anticuerpos anti-idiotípicos. Se pueden detectar títulos bajos de autoanticuerpos dirigidos contra el factor VIII en pacientes sanos. Generalmente están dirigidos contra el sitio activo del factor, aunque también se han descrito los inhibidores contra otros sitios, lo que condiciona un acortamiento notable de la vida media. Por otro lado, se pueden observar autoanticuerpos, llamados inhibidores espontáneos, responsables de producir manifestaciones hemorrágicas y alteraciones en las pruebas de coagulación.
2008-06-05 | 5,145 visitas | 1 valoraciones
Vol. 7 Núm.1. Enero-Marzo 2006 Pags. 35-42 Rev Hematol 2006; 7(1)