La medicina basada en la evidencia (MBE), que engloba a la neurología con el mismo nombre, es la expresión del más reciente esfuerzo que en forma permanente se hace por introducir la ciencia al arte médico y la prueba más sobresaliente de su importancia está en el reconocimiento que recibe en aulas, publicaciones y reuniones médicas de todo tipo. Su entusiasta aceptación, influida indudablemente por su contundente nombre, ha conducido, inevitablemente, a la creación de revistas y cursos de capacitación sobre cómo optimizar su uso y la facilidad con que sale a relucir en las discusiones médicas en las que, sin mucho atender a su teoría, se le utiliza como una cómoda herramienta para defender las propias ideas o atacar las de aquellos que se oponen a las mismas. Contrastando con lo anterior se tiene la carencia (a más de quince años de haberse iniciado su aplicación) de una prueba que científicamente demuestre que la aplicación meticulosa de los principios más defendidos por la MBE hayan servido para mejorar, más allá de lo esperado por el simple progreso en la ciencia médica, la calidad de las decisiones médicas en lo que se refiere al abatimiento de la morbilidad y mortalidad, la satisfacción de los usuarios, el incremento en la calidad de vida de los pacientes o el mejoramiento en la relación costo-beneficio de los servicios. La carencia de tan importantes logros pudiese tener diversas explicaciones, como las siguientes: 1. La simple indiferencia del gremio médico hacia las innovaciones que se ofrecen. 2. La dificultad para asimilar el significado de los diversos puntos que el nuevo método otorga. 3. La reticencia para aceptar la plena validez científica de las propuestas. 4. La exclusión de sus temas de estudio de los dilemas terapéuticos más importantes de nuestra época como los referentes a la enfermedad vascular cerebral aguda y los padecimientos degenerativos del sistema nervioso. 5. El escepticismo que se genera por la discordancia que frecuentemente ocurre al cotejar la decisión influida por el juicio clínico y la que simplemente se hace en acatamiento de las normas que provienen de la revisión de la literatura y, de ésta, la que especialmente se refiere a estudios controlados y el metanálisis de los mismos.
2008-06-19 | 1,482 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 9 Núm.2. Marzo-Abril 2008 Pags. 93-96 Rev Mex Neuroci 2008; 9(2)