Autor: Islas Rodríguez Alfonso
Según datos publicados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), de 1970 a la fecha, se han apoyado para doctorarse con beca económica a más de cien mil estudiantes egresados de universidades mexicanas para realizar estudios de posgrado ya sea en México o en el mundo. Loable ha sido sin duda tal política histórica del Consejo, pero como suele suceder en nuestro país, esa iniciativa de apoyo que abarca cinco sexenios y un sexto medio burro, no ha sido acompañada por una política nacional de desarrollo de la infraestructura científica de manera integral. Como ejemplo de lo que si se debe hacer en un país respecto al desarrollo científico, Corea del Sur, subdesarrollado como México en 1970, desde esos años a la fecha ha invertido más de un punto porcentual de su producto interno bruto (PIB) para dedicarlo a fortalecer sus laboratorios y equipos científicos. También ha apoyado como México a estudiantes de posgrado que sin duda son el elemento más valioso para hacer ciencia y provocar el desarrollo, pero en el caso coreano esos doctores han tenido cancha donde desarrollarse. Ahora Corea se ha convertido en un país exportador, sus marcas inundan los hogares con aparatos electrónicos y su industria farmacéutica agresiva, exporta principios activos para ser envasados por los laboratorios mexicanos.
2008-06-25 | 1,428 visitas | 2 valoraciones
Vol. 5 Núm.1. Abril 2003 Pags. 4-5 Inv salud 2003; V(1)