Autor: Robles Silva Leticia
Dos temas importantes coinciden en este libro del antropólogo Laureano Reyes: la vejez y los indígenas. Temas que pareciera no tener nada en común si se les piensa a partir de las preocupaciones académicas en el tiempo. Uno por ser muy reciente, el otro porque pertenece al pasado. Los indígenas fueron un grupo frecuentemente estudiado en los albores del siglo XX, ejércitos de antropólogos, sociólogos, economistas, agrónomos, especialistas en el área de salud y demás disciplinas invadieron el campo mexicano en busca de las raíces perdidas durante la conquista y la colonia. Sus estudios ofrecieron una diversa gama de conocimientos acerca de sus formas de vida y sus culturas. Después, los habitantes urbanos los desplazaron como centro de interés con lo que los indígenas parecían sucumbir en el olvido académico. Unos cuantos investigadores continúan empeñados en documentar ya no sólo sus formas de vida, sino particularmente los cambios y adaptaciones que han llevado a cabo los indígenas en un mundo globalizado que pareciera no darles espacio ni vida. Por otra parte, la vejez es ahora una etapa obligada de la vida. Pero los viejos no se parecen a esa imagen que el imaginario social ha conservado de que ser anciano es ser un viejo sabio y respetado. Los viejos, hoy día, no sólo son visibles sino que constituyen un grupo vulnerable en muchos sentidos y bajos muchas circunstancias. Las condiciones en que se vive la vejez no deja muchas oportunidades para el bienestar o la prosperidad. De ahí que múltiples estudios desde varias perspectivas y disciplinas nos muestran la vida de este nuevo grupo de población y sus condiciones materiales y sociales a inicios del siglo XXI.
2008-06-25 | 1,228 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 5 Núm.1. Abril 2003 Pags. 49-51 Inv salud 2003; V(1)