Entre el amor y los habanos para morir en libertad

Autor: Rojas Malpica Carlos

Fragmento

La vida y obra de Sigmund Freud sigue intrigando la curiosidad intelectual más allá del Siglo XX. El autor de la obra, celebrado escritor de otras interesantes biografías de personajes como Miguel Ángel Buonarroti, Vincent Van Gogh y Charles Darwin, se ha tomado seis años de ardua e ininterrumpida investigación para llevarla a cabo. El texto original fue publicado en 1972 por EMECÉ en inglés bajo el título The Passions of the Mind, sin embargo no es sino hasta el 2001 que conocemos su versión castellana. Se trata de 822 páginas que no pueden dejarse a un lado una vez comenzada su lectura. Stone contactó fuentes personales directas e indirectas relacionadas con la vida de Freud y sus discípulos, recorrió los lugares y paisajes por donde transcurrió la vida de su biografiado, las residencias familiares, las mudanzas, vacaciones, sitios de encuentro de los Congresos de Psicoanálisis, incluyendo las conocidas vicisitudes de su último viaje hasta Londres donde logró morir en libertad. El material bibliográfico y documental en el que sustenta su obra es monumental. La traducción realizada por Alberto Luis Bixio es impecable. El punto de partida del autor es el momento en que Freud conoce a Martha Bernays y decide pedirla en matrimonio. El amor saca a Sigmund del laboratorio de fisiología del Profesor Brücke, quién le recomienda que ya que desea contraer matrimonio busque mejores oportunidades económicas en la práctica clínica, pues en su Cátedra las posibilidades de incorporarlo como ayudante son prácticamente nulas. Freud se dirige entonces al Allgemeine Krankenhaus donde funcionaba la Escuela de Medicina de Viena. Allí inicia unas clases de cirugía con Bilroth, quien alguna vez escribió un panfleto antisemita del que luego hubo de retractarse, que no le resultan interesantes. Fueron el Doctor Josef Breuer y su esposa Mathilde, amigos y mecenas de “Sigi” y Martha, los que sirvieron de modelo para establecer la familia y desarrollar el trabajo profesional. De hecho, a la muerte de Breuer, Freud le reconoce como el creador del método catártico y encuentra que su nombre está indisolublemente unido al nacimiento del psicoanálisis. En la Viena de su época era imposible aspirar al ejercicio privado sin contar con el estatuto de Privat Hodzent otorgado por la Facultad de Medicina en alguna de las especialidades. Hasta entonces no podría afrontar las obligaciones económicas de un matrimonio.

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2008-06-26   |   848 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 4 Núm.1. Abril 2002 Pags. 57-59 Inv salud 2002; IV(1)