Autores: Dosouto Infante Vivian, Bolaños Vaillant Solangel, Parra Pupo Rosa, Rodríguez Cheong Maricel, Musle Acosta Mirelvis
La enfermedad cerebrovascular isquémica (ECVI) es una de las principales causas de morbilidad, mortalidad e invalidez funcional en los países desarrollados, lo que determina una gran carga social y un elevado coste económico. Esta afección constituye la tercera causa de muerte entre la población adulta de las regiones industrializadas, y de acuerdo con investigaciones realizadas se ubica en igual posición en nuestro país. Según estudios nacionales y extranjeros, se le atribuye una incidencia de 150 a 200 por 100 000 habitantes. Las enfermedades cerebrovasculares agudas según la naturaleza de la lesión se dividen en dos grandes grupos: isquemia cerebral y hemorragia cerebral. Del total, entre 80 y 90% son infartos cerebrales y de 10 a 15% hemorragias cerebrales o subaracnoideas. En investigaciones llevadas a cabo se demuestra la alta incidencia del infarto cerebral, lo cual nos ha motivado a realizar este trabajo. El desarrollo tecnológico alcanzado en las últimas décadas ha permitido la introducción de nuevos métodos de diagnóstico por imagen para el estudio de estas afecciones; uno de ellos es la tomografía axial computarizada (TAC), la cual representó una revolución en lo referente al diagnóstico clínico, esencialmente de los procesos que afectan el sistema nervioso central, tan importante como el advenimiento de las radiografías. La TAC constituye el mejor método de exploración, ya que valora la densidad del parénquima y descarta o confirma la presencia de una anormalidad isquémica o hemorrágica. Con la TAC simple los cambios más tempranos relacionados con el infarto cerebral pueden identificarse dentro de las primeras 24 a 48 horas, tales como: efecto de masa moderado, pérdida de la densidad entre sustancia blanca y gris o disminución de la densidad; sin embargo, con equipos de alta resolución estos pueden detectarse en las primeras 8 horas después del ictus. En el caso de ECVI y específicamente del infarto, en las alteraciones de la TAC ejerce una sensible influencia el tamaño de la lesión, la localización y el tiempo de evolución. Con la realización de este trabajo nos propusimos precisar las características de la ECVI mediante la utilización de la TAC en el Hospital Clinicoquirúrgico Docente “Saturnino Lora”, basados en las experiencias adquiridas hasta el momento.
2008-07-22 | 1,047 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 11 Núm.4. Octubre-Diciembre 2007 Pags. Medisan 2007; 11(4)