Fragmento

Si bien la humanidad, con el desarrollo científico alcanzado, ha conseguido erradicar o disminuir los procesos infectocontagiosos que azotaron al hombre en otros siglos, por el contrario las enfermedades crónicas no transmisibles han ido en continuo aumento, entre ellas la hipertensión arterial (HTA), que se calcula afecta a 28-32% de las personas mayores de 15 años y constituye uno de los problemas de salud más frecuentes en las poblaciones cubana y mundial. Al respecto, investigaciones realizadas por diversos autores han revelado que no solo representa una de las principales causas de incapacidad y muerte, sino uno de los más temibles factores de riesgo para experimentar afecciones coronarias y cerebrovasculares. Datos obtenidos de la Organización Mundial de la Salud ponen de relieve que la hipertensión arterial debe ser catalogada como un problema de salud prioritario, con grandes repercusiones socioeconómicas, mucho más evidentes al considerar el hecho de que un elevado número de pacientes hipertensos ya presentan complicaciones o daños en los órganos diana cuando buscan atención médica o son diagnosticados como tales por el equipo de salud, lo cual se explica por la ausencia de manifestaciones clínicas en fases iniciales en la mayoría de los casos. Los medios dirigidos a detectar y tratar a los afectados, así como a disminuir las altas cifras de tensión arterial, pueden ejercer fabulosos efectos en su reducción; pero generalmente ocasionan molestias, las cuales pueden ser aminoradas mediante la utilización de algunas técnicas que aunque antiguas, en nuestros días adquieren suma importancia por su eficacia y sencilla aplicación. Entre esos procedimientos se incluyen los sustentados en la medicina natural y tradicional, donde mediante el uso de masajes combinados con digitopresión se ha logrado controlar los efectos de la hipertensión arterial, por ejemplo, con mayor rapidez, seguridad, ausencia de reacciones y fácil tolerancia por parte de los pacientes. La digitopresión pertenece al grupo de las terapias denominadas hace tiempo como alternativas, pero que nosotros preferimos denominarlas como bioenergéticas. Se estima que la medicina bioenergética es la práctica de una medicina social, preventiva, científica, dialéctica e individual, que interpreta al ser humano como un todo único, orgánico y funcional, que además fortalece y recupera sus capacidades y posibilidades de autocuración y le permite una relación más armoniosa y equilibrada en su interior, con la sociedad y el universo. Existen muchas técnicas relacionadas con el masaje. Algunas como la quinesiología basan su tratamiento en el plano físico, pero otras lo hacen en el puramente energético, como el Reiki. Cada uno de estos procederes tiene ventajas y desventajas, de modo que alivian más unas afecciones que otras. El masaje ha ido evolucionando y atravesando diferentes etapas, de forma que en cada época se priorizó determinado aspecto (ya fuese físico, psicológico, químico o energético). Hoy día se dispone de una amplia gama de mecanismos que ofrecen diferentes alternativas. Todas las terapias energéticas deben ser juzgadas, en primer lugar, como preventivas, porque evitan la progresión de una enfermedad hacia una lesión hística o anatómica, más difícil de tratar. Consecuentemente con lo antes expuesto se decidió exponer en el presente artículo la experiencia derivada del empleo combinado de digitopresión y masaje en pacientes con hipertensión arterial.

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2008-07-22   |   5,179 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 11 Núm.4. Octubre-Diciembre 2007 Pags. Medisan 2007; 11(4)