Autores: Alamar Abril M, Texeidor Rodríguez P, Colet Esquerre S, Muñoz JM, Cladellas Ponsa JM, Hostalot Panisello C, García Armengol R, et al
Existen múltiples tratamientos descritos para la malformación de Chiari tipo I. Se reportan buenos resultados clínicos con la mayoría de las variantes. Aún así, sigue habiendo controversia acerca del tratamiento óptimo de esta entidad. Objetivo: Comparar los resultados clínico-radiológicos del tratamiento quirúrgico de la malformación de Chiari tipo I mediante craniectomía suboccipital, resección del arco posterior de C1 con o sin duroplastia, analizando las variables clínicas, radiológicas y describiendo las complicaciones. Material y métodos: Se realizó un estudio retrospectivo de los pacientes intervenidos en nuestro centro entre los años 1998 y 2006. La muestra cumplía los siguientes criterios de inclusión: pacientes mayores de 18 años, que hubieran sido intervenidos en nuestro centro en todas las ocasiones, examen neurológico preoperatorio y de control postoperatorio (calculando su puntuación en la escala EDSS), estudio de imagen craneoespinal preoperatorio y postoperatorio y tiempo mínimo de seguimiento clínico de 6 meses. Los pacientes se intervinieron con una u otra técnica en función del criterio del cirujano principal. Dividimos a los pacientes en dos grupos según la técnica utilizada: Grupo A (intervenidos mediante duroplastia) y grupo B (intervenidos sin duroplastia). Para evaluar los resultados radiológicos en los dos grupos se midieron en la resonancia magnética, antes y después de la cirugía: la migración cerebelosa siguiendo el método de Duddy y Williams y la ratio siringo espinal en los pacientes con siringomielia. Para evaluar el resultado clínico, se recogió en los dos grupos la exploración neurológica antes y después de la cirugía. Resultados: La edad media de los pacientes del grupo A fue de 47 (± 12.89) años, mientras que la del grupo B fue de 38.30 (± 7.77) años. El tiempo medio de seguimiento de los pacientes del grupo A fue de 2.48 (± 2.44) años y en el grupo B de 4.20 (± 4.46) años. En los pacientes del grupo A se observó creación de una nueva cisterna magna en el 35.7% de los pacientes, mientras que sólo se observó en el 3.5% de los pacientes de grupo B (p = 0.022). En el grupo A, 8 pacientes (28.6%) presentaron ascenso cerebeloso, mientras que ningún paciente del grupo B lo presentó, siendo la diferencia estadísticamente significativa (p = 0.022). La cavidad siringomiélica disminuyó en los dos grupos de pacientes, sin diferencias estadísticamente significativas entre ambos. Todos los pacientes del grupo A experimentaron mejoría clínica. En el grupo B, el 60% de los pacientes mejoraron mientras que el 40% se mantuvieron estables. Ningún paciente empeoró. Los pacientes que se mantuvieron estables, pertenecían al grupo intervenido sin duroplastia, siendo la diferencia entre los dos grupos estadísticamente significativa (p = 0.04). Cinco pacientes presentaron complicaciones postquirúrgicas inmediatas (2 pseudomeningoceles, 2 meningitis y 1 caso de hidrocefalia postquirúrgica). Todos los casos de complicaciones se dieron en pacientes intervenidos mediante duroplastia (p = 0.049). Conclusiones: Según nuestro estudio, la descompresión de la fosa posterior mediante duroplastia, proporciona mejores resultados clínicos y radiológicos que la misma técnica pero sin duroplastia. Sin embargo, también puede aumentar la incidencia de complicaciones postquirúrgicas.
Palabras clave: Malformación de Chiari tipo I craniectomía suboccipital duroplastia.
2008-08-06 | 1,437 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 19 Núm.3. Mayo-Junio 2008 Pags. 233-241 Neurocirugía 2008; 19(3)