Autor: Becerra P Ana Cecilia
La modernidad es tanto un período histórico como un concepto filosófico y sociológico que impuso la razón y el método formal sobre todos los actos políticos, sociales y epistemológicos de las distintas culturas del mundo. La modernidad se construyó en su momento sobre el imaginario de la superioridad europea1 y durante el período colonial fue la causante del proceso avasallador de exterminio y de desconocimiento de las sociedades y culturas indígenas de América. Ella, con sus valores patriarcales y formales, desplazó la ética del cuidado y del abrigo de los pueblos autóctonos imponiendo una lógica racional, calculadora e impersonal. Al desconocer y casi negar en su totalidad la cosmovisión ancestral de curar y cuidar, relegó los ejercicios profesionalizantes de la salud bajo el amparo de la mercantilización del capitalismo mundial integrado. La modernidad, desde el inicio y en la actualidad, ha impregnado la cultura de todos los pueblos y ha condicionado todos los actos académicos en las instituciones escolares y universitarias. La perpetuación de un modelo positivista y occidentalizado ha sido una constante en las aulas universitarias y en las disciplinas, sobre todo en las ciencias de la salud. Históricamente el conocimiento en salud ha sido construido con base en el enfoque positivista y la concepción biologista del proceso salud-enfermedad, lo cual lleva a una fragmentación del saber, disyunción del sujeto y el objeto en la producción del conocimiento, y a una incapacidad de asumir al ser humano en todas sus dimensiones, razón de ser de la acción en salud, comp totalidad y unidad integral.
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2008-10-22 | 995 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 39 Núm.3. Julio-Septiembre 2008 Pags. 209. Colomb Med 2008; 39(3)