Autores: Vázquez Pizaña Elba, Contreras Soto Jesús
“El hombre como ser cooperador y social” Una antropología filosófica legítima tiene que saber que no existe un género humano sino también pueblos, no sólo un alma humana si no también tipos y caracteres, no sólo una vida humana si no también edades de la vida; sólo abarcando sistemáticamente éstas podrá tener ante los ojos la totalidad del hombre. Así también tiene que instalar al hombre con los demás seres vivos, con los demás seres conscientes, para así asignarle, con seguridad su lugar correspondiente. Este hombre que transita por estrecho sendero que lleva del nacimiento a la muerte; prueba que nadie que no sea él puede probar: la lucha con el destino, la rebelión y la reconciliación y, en ocasiones, cuando se junta experimentar en su propia sangre lo que pasa por los adentros del otro. Solo el hombre que se realiza en toda su vida y con su ser entero las relaciones que le son posibles puede ayudarnos a la verdad en el conocimiento del hombre. La ciencia filosófica del hombre que abarca la antropología y la sociología tiene que partir de la consideración de este objeto: el hombre con el hombre, la dualidad dinámica que constituye al ser humano: aquí el que da y ahí la defensiva, aquí el carácter que investiga y ahí el que ofrece información, siempre los dos a una, completándose con la contribución recíproca, ofreciéndonos, conjuntamente, al hombre.
2008-10-27 | 6,550 visitas | 3 valoraciones
Vol. 25 Núm.2. Septiembre 2008 Pags. 134-135 Bol Clin Hosp Infant Edo Son 2008; 25(2)