Editorial

Autor: Erosa González César A

Fragmento

La palabra eutanasia viene del griego eu, que significa bueno, y thanatos, que quiere decir muerte, es decir, la buena muerte. Este término ha evolucionado y actualmente hace referencia al acto de acabar con la vida de otra persona a petición suya, con el fin de minimizar su sufrimiento. El suicidio asistido se puede llevar a cabo de dos maneras: 1. Por acción directa del médico. 2. Por orientaciones e indicaciones del médico mediante la aplicación de drogas o gases mortales. Esta última hace tan responsable al médico como cuando prescribe una droga para curar al paciente. Quedará en la conciencia de cada cual si procede o no. Pertenecemos a una sociedad, a una familia, y nuestras decisiones afectarán siempre a otros. La autonomía absoluta afectará la integridad propia y la de otros seres. La autonomía de cada uno podrá tropezar con la autonomía del otro. Cuando una persona pide que se termine con su vida, tiene que contar con la autonomía y la conciencia moral de su médico y de sus seres queridos. No se trata sólo de establecer un reglamento o ciertas condiciones para permitir este acto. Existe una condena casi unánime a la llamada eutanasia activa, o sea, propiciar la muerte de alguien aplicándole alguna sustancia para acabar con su vida.

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2008-11-05   |   840 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 5 Núm.9. Junio 2008 Pags. Dol Clin Ter 2008; V(9)