La sexualidad es una faceta humana que, además de sus fines reproductivos, es un elemento fundamental en el desarrollo de la afectividad, conciencia de la personalidad y mantenimiento de los vínculos sociales (temporales y permanentes). Suele conformarse mediante un complejo proceso donde intervienen distintas dimensiones de la vida social. Todo esto le confiere importancia capital dentro de la cultura, para modular el desarrollo individual, así como para establecer las costumbres, normas e incluso leyes. El estudio de la sexualidad humana es un campo de tal amplitud, que no sólo se ha constituido en una ciencia per se, sino que, además, tiene múltiples relaciones con toda la gama del conocimiento. Al final del siglo XIX, Sigmund Freud desarrolló una teoría de la sexualidad, pero al psiquiatra alemán Richard von Krafft-Ebing se atribuyó una de las primeras obras que afrontan la conducta sexual: el libro Psychopathia Sexuales, publicado en 1886. En 1919 Magnus Hirschfeld fundó el Instituto de Sexología de Berlín.Kinsey, Masters, Johnson y Kaplan, entre otros, ampliaron el estudio de la sexualidad humana, que desde la década de 1960 ha sido objeto de consistente escrutinio y ha llevado al reconocimiento de sus múltiples expresiones, la diversa gama de actores y dimensiones participantes en sus definiciones. Hoy en día no puede dejarse de lado, en ninguna aproximación a la sexualidad, el contenido sociocultural que la enmarca, ni las prácticas sexuales pueden considerarse “naturales” producto de la anatomía o naturaleza, sino delimitadas, simbolizadas y manifestadas por la cultura.
2008-11-10 | 4,828 visitas | 2 valoraciones
Vol. 9 Núm.37. Octubre-Diciembre 2007 Pags. 159-160 Med Univer 2007; 9(37)