En la reproducción humana

Autores: Ankier Cila, Glina Sidney

Fragmento

Desde 1978 con el nacimiento del primer bebé concebido por la fertilización in vitro, la elección del embrión que se implantará y se ira a desarrollar en un bebé saludable ha sido uno de los mayores desafíos para los embriólogos. En estos últimos 30 años, fueron realizados varios intentos para identificar el embrión ideal. Inicialmente los embriones eran clasificados después del segundo o tercer día de cultivo en relación a los aspectos morfológicos (número y forma de las células). Después de 1998, su clasificación se volvió más detallada, de forma que evaluar su desarrollo no sólo en el segundo o tercer día, sino también en el primer día de su cultivo, es decir, analizar su división precoz después de 25 a 27 horas en el medio de cultivo (Clivaje precoz). En ese mismo momento, surgieron las ideas de evaluación de la morfología antes de la primera división (evaluación de los pronúcleos), y finalmente, la conducta utilizada en gran parte de los laboratorios de reproducción asistida, es la de calificar el embrión después de las evaluaciones secuenciales (del primero al quinto). A pesar de las aceptables tasas de implantación de esos embriones seleccionados (15 a 25%), estas aún son reducidas en relación a lo esperado. En los últimos 5 años, la filosofía de los laboratorios ha sido seleccionar los gametos responsables para su formación. Algunos trabajos han demostrado que las características de los óvulos y los espermatozoides están directamente relacionadas con la genética del embrión y con su potencial de implantación.

Palabras clave: Fertilización in vitro embriología.

2008-11-13   |   1,309 visitas   |   1 valoraciones

Vol. 4 Núm.3. Enero-Marzo 2008 Pags. 17-23 AHE 2008; 4(3)