Fragmento

La revisión de la literatura sobre los Sistemas de Gestión de la Calidad (SGC) remite a los trabajos pioneros de Shewhart, Crosby, Juran e Ishikawa, entre otros autores que sentaron las bases de lo que se ha constituido en una herramienta valiosa para las organizaciones. Un nombre presente siempre durante el proceso de implementación del SGC es el de W. Edwards Deming, matemático estadounidense, defensor del uso de la estadística en la gestión de la calidad, quien contribuyó de forma muy importante a la recuperación económica de la industria en el Japón de la Posguerra, con sus aportes sobre el control de la calidad. Mientras en el resto del mundo el interés se centraba en producir más para satisfacer la demanda masiva de bienes, allí empezaron a aplicarse conceptos como hacer las cosas bien desde la primera vez, minimizar costos, satisfacer al cliente y ser competitivos. Así se hizo evidente la necesidad de inspeccionar todo el proceso de producción para cumplir los requerimientos técnicos del producto; los sistemas y procedimientos se pusieron al servicio de la calidad. Para Deming, el 80% de los problemas de calidad de las empresas tienen su origen en el sistema establecido; la solución corresponde, entonces, en un 80% a la dirección y a los mandos medios. Este autor considera fundamentales la orientación al cliente y la mejora continua, y plantea que el sistema determina la calidad y que los resultados se determinan a largo plazo. Estos conceptos han ido evolucionado para configurar lo que ahora se denomina “calidad total”, teoría de la administración centrada en la satisfacción del cliente interno y externo, la mejora continua y la competitividad. Por otro lado, la gestión de la calidad es, a su vez, una estrategia organizativa y un método de gestión que exige la participación de todos los involucrados, para cumplir sus propósitos.

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2008-11-21   |   978 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 38 Núm.2. Junio 2009 Pags. 222-229 Rev Col Psiqui 2009; XXXVIII(2)