La intención del presente trabajo es la de reseñar información actualizada sobre el tabaquismo y la depresión, a partir de una revisión de la base de datos Pub Med. La fecha del artículo revisado más reciente fue abril del 2008. Se seleccionaron sólo los trabajos pertinentes al tema a tratar en este resumen. Artículos adicionales fueron seleccionados a partir de las referencias de los artículos de la revisión original. Asimismo, se plantea una propuesta sobre hacia dónde se debería dirigir la investigación para el tratamiento de aquellos pacientes que presentan de manera simultánea estos dos trastornos, contemplando tanto el aspecto psicológico como el farmacológico. La adicción al tabaco es una de las principales causas de morbimortalidad y deterioro de la calidad de vida, y ocasiona cinco millones de muertes al año (una de cada diez defunciones de adultos en el mundo). La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que de mantenerse las tendencias actuales, para el año 2020 el tabaquismo será responsable de diez millones de defunciones, de las cuales siete de cada diez ocurrirán en los países en desarrollo. En México, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Adicciones, existen 14 millones de fumadores y 9.6 millones de exfumadores (ENA, 2002). Alrededor de 60000 personas mueren al año por padecimientos vinculados con el tabaquismo. Por otro lado, la depresión es ya la principal causa de invalidez en el mundo, siendo 121 millones de personas las que la padecen, y se estima que para el año 2020 será la segunda causa de baja laboral en los países desarrollados. En nuestro país la prevalencia de la depresión con inicio temprano es del 2.0%, con un promedio de siete episodios a lo largo de la vida y se clasifica entre las principales causas de mortalidad y morbilidad a nivel nacional. En los últimos años se ha reportado una fuerte asociación entre el tabaquismo y la depresión. Se sabe que las personas con historia de depresión son más susceptibles a fumar, y que los síntomas depresivos que se manifiestan durante la abstinencia son reversibles con la reintroducción del cigarro. Con el objetivo de determinar la probabilidad de ocurrencia de un trastorno de dependencia de sustancias cuando coexisten trastornos del afecto, se encontró que dichos trastornos ocurren antes del abuso o dependencia de sustancias en 47% para los hombres y en 26% para las mujeres. En concordancia con lo anterior, se ha reportado que los fumadores actuales que consumen más de una cajetilla por día, tienen tres veces más probabilidad de presentar depresión que los no fumadores. Como resultado de varios estudios, se ha propuesto la teoría de que las personas con depresión fuman a manera de automedicación contra sus síntomas, pero se desconoce si los pacientes con depresión pueden mantenerse en abstinencia a largo plazo, e igualmente se desconoce cuáles son los efectos de la abstinencia sobre la sintomatología depresiva. Además se ha planteado la necesidad de evaluar si el tratamiento postabstinencia con antidepresivos previene dicha sintomatología. A partir de la información reseñada es posible concluir que el tratamiento de aquellos pacientes que presentan de manera simultánea estos dos trastornos, debería contemplar tanto el aspecto psicológico como el farmacológico y que la atención simultánea de los trastornos comórbidos elevará la tasa de éxito de los tratamientos.
Palabras clave: Tabaquismo depresión tratamiento.
2009-01-09 | 2,850 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 31 Núm.5. Septiembre-Octubre 2008 Pags. 409-415 Salud Ment 2008; 31(5)