Carta Presentación. Competencia y habilidades de un neurólogo del siglo XXI

Autor: Melcon Mario O.

Fragmento

Mientras se observa un rápido crecimiento en las neurociencias clínicas y básicas, se plantean nuevos retos y oportunidades para el educador. El aumento del número de subespecialidades obedece básicamente a la expansión del conocimiento y las posibilidades terapéuticas. El neurólogo general –especie en peligro de extinción- sigue siendo el más apto para formar nuevos neurólogos por lo cual es necesario que reciba el reconocimiento académico y económico adecuado por sus esfuerzos en la enseñanza. Los educadores enfrentan desafíos que reflejan diferencias en la iniciativa de la medicina académica, cambios en la misma neurología y en las características de las nuevas generaciones. Es conveniente redefinir la misión de la educación con estrictas guías que incluyan áreas específicas del conocimiento y habilidades. El neurólogo de hoy debe tener una formación con base científica y humanista, que privilegie la atención de la salud con conocimientos epidemiológicos para las acciones de control y prevención de los factores de riesgo. La formación clínica neurológica tradicional se ha centrado en la neuroanatomía, la neuropatología y la neurofisiología y más recientemente en la neuroimagen, la neurogenética y la neuroética como en tantas otras disciplinas científicas. En el futuro, la práctica neurológica seguirá avanzando en un proceso de continuo desarrollo. Así como las nuevas tecnologías presentan nuevos desafíos, la neurociencia social crece como campo interdisciplinario y analiza los aspectos sociales y emocionales del comportamiento humano. La neurociencia y su vector conductual, la neuroética, se refieren a las implicancias sociales, legales y éticas de los avances científicos y a los problemas éticos de la investigación. La neuroética implica «filosofía moral». Cuando se consideran los dilemas en la atención de la salud, las personas difieren en cómo priorizan sus valores para llegar a decisiones trascendentes para la vida. Son las materias grises de la bioética. Señalan lo que es conocido, lo que puede hacerse y lo que debería hacerse.

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2009-02-20   |   1,976 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 33 Núm.1. Diciembre 2008 Pags. Rev Neurol Arg 2008; 33(Supl 1)