El médico como fármaco

Autor: Jinich Brook Horacio

Fragmento

Estimados colegas: Hace 62 años me gradué de Médico Cirujano en la Facultad de Medicina de la UNAM. Así pues, he sido testigo del gigantesco, inimaginable progreso experimentado por la Medicina como ciencia y como praxis. Progreso que no cesa y que prosigue a paso acelerado. De ahí la necesidad imprescindible de congresos médicos anuales como éste, para facilitar la desafiante tarea de ayudar al facultativo en su esfuerzo por mantenerse suficientemente informado. Y creo que ninguna especialidad médica puede compararse con la Medicina Interna en la magnitud de dicha tarea, puesto que es disciplina que abarca un universo entero. No cabe duda alguna que el médico internista es el médico por excelencia, que es “el médico propiamente dicho” quien la practica. Recuerdo que, en aquellos lejanos tiempos en que era yo estudiante de medicina, uno de mis maestros, sin duda en plan de broma me dijo: “Muchacho, la clase de terapéutica médica es muy simple, pues medicamentos buenos sólo hay cinco: para la cabeza, aspirina; para el pulmón, benzoato; para el estómago, bicarbonato; para las partes nobles del hombre y la mujer, permanganato; para las extremidades, salicilato”.

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2009-03-12   |   899 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 25 Núm.1. Enero-Febrero 2009 Pags. 58-66 Med Int Mex 2009; 25(1)