Autor: Nettel García Jacobo
En el año 1980 tuve el honor de ser recibido en el seno de la Sociedad Mexicana de Angiología y Cirugía Vascular, A.C., desde entonces me he sentido orgulloso de esta pertenencia; ha sido mucho tiempo, altibajos, emociones, aciertos y desencantos, pero al final siempre he tenido el sentimiento de que es una sociedad de amigos y colegas, con muchos motivos para sentirnos orgullosos y confiados que tenemos una organización fuerte y que ha tomado no sólo prestigio, sino que inicia una etapa de influencia en el ejercicio cotidiano de la Angiología en México. Estamos ante tiempos difíciles de nuestro ejercicio como médicos, lo recursos económicos son cada día más escasos, al sector salud le quedan las migajas de los presupuestos federales y estatales y ni hablar de los municipales; nuestra especialidad, un poco incomprendida por la ignorancia de los alcances que puede tener, es de las más golpeadas en este sentido, un diagnóstico vascular no se hace de la nada y en tiempos de exigencias legales, la evidencia de la enfermedad es una obligación que requiere de estudios especiales, cuyo costo muchas veces absorbemos los mismos médicos y ni hablar de la cirugía, los injertos heterólogos y lo más actual y espectacular, los procedimientos endovasculares con dispositivos que llegan a alcanzar decenas de miles de dólares, que no disponen las instituciones y menos la gran mayoría de los pacientes que requieren una revascularización arterial o venosa, hacen que estemos en grave riesgo de no mantener nuestra especialidad como tal.
2009-03-17 | 765 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 37 Núm.1. Enero-Marzo 2009 Pags. 4 Rev Mex Angiol 2009; 37(1)