Xiomara Alfonso nos dejó lo mejor: su valor

Autor: González Rivero María del Carmen

Fragmento

Domingo 5 de agosto de 2007. Poco importó que fuera domingo de verano. En realidad son pocos los días en que uno puede sentirse anticipadamente alegre, alegre sin café, ni cantos, ni esa tontería que antes y después nos parece imposible, alegre de veras, casi triste. Usted no podía saber nada de este domingo, del desajuste que ya causaba, de esta no esperada sorpresa. Soy lo que soy y cuanto soy, de acuerdo con mis diferencias con ese patrón que ha dejado, con esa muestra de disciplina bibliotecaria. La comparación está dentro de mí, dentro de todos, como todos dentro de ella. Acaso usted no halle en esto ninguna ansiedad promotora de alegría, pero yo sí la encuentro, es más, la invito a usted. Por eso me gusta ser fiel a esa vinculación conmigo misma, por eso me agrada cada uno de esos regresos a los que ya estuvo, justamente para alzarme con ese pasado para muchos ya en desuso, desde esa plataforma casi absurda donde le han dejado hoy, pero usted dejó a todos hacia lo juiciosamente venidero en este mundo que se llena de información.

Palabras clave: .

2009-03-24   |   887 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 16 Núm.4. Octubre 2007 Pags. . Acimed 2007; 16(4)