Autor: Yadin David
La adecuada implementación y aplicación de herramientas tecnológicas contribuye al mejoramiento de la calidad en la prestación de los servicios de salud, la minimización de los costos de dichos servicios, y el aumento de la accesibilidad al sistema hospitalario. En las últimas décadas los hospitales han venido asignando una considerable porción de sus recursos al cuidado y administración de sus bienes de capital; enfrentan continuamente la necesidad de adquirir nuevas tecnologías biomédicas al tiempo que deben administrar la existente, situación para la que no están bien preparados. Con el fin de orientar eficientemente sus inversiones, los hospitales han venido desarrollando programas de administración de tecnología médica que requieren expertos en el tema y la aplicación de metodologías específicas para un aprovechamiento seguro y eficiente de estas herramientas en el sector salud. Los ingenieros clínicos son quienes pueden liderar estos programas al proveer soluciones tecnológicas basadas en las necesidades prioritarias, cuidadosamente establecidas, y en los objetivos organizacionales específicos. El éxito en la práctica de la ingeniería clínica radica en la habilidad de estos profesionales de transferir los conocimientos del campo de la ingeniería y de las ciencias de la salud al entorno hospitalario para servir de soporte en las aplicaciones médicas. A medida que se dan grandes y rápidos cambios en la complejidad y variedad de las herramientas tecnológicas disponibles y en las formas de evaluar el cuidado que se le brinda a los pacientes, la mejor forma de transferir dichos desarrollos es mediante un completo conocimiento del tema. Esto se puede lograr sólo cuando los objetivos de la profesión han sido claramente definidos y son coherentes con el compromiso y la visión profesional. Tal compromiso debe incluir la promoción del uso seguro y eficaz de la ciencia y la tecnología al servicio del cuidado de los pacientes y la aceptación de la necesidad de demostrar sus capacidades como ingeniero clínico al adquirir el reconocimiento de sus competencias profesionales mediante el programa de certificación profesional nacional. Para estar preparados para estos desafíos los ingenieros clínicos deben participar en actividades de educación continua, mantener su pericia y habilidades profesionales, demostrar capacidad para liderar y ejecutar eficientemente proyectos y funciones complejas, y velar por el seguro mantenimiento de las herramientas y sistemas tecnológicos utilizados en el sector salud. A medida que aumenta la integración y la complejidad de los sistemas, es el momento de demostrar que las competencias de los ingenieros clínicos realmente contribuyen al cumplimiento de las metas establecidas.
Palabras clave: Tecnología biomédica administración de capital ingeniería clínica planeación de tecnología hospitalaria resultados certificación profesional metodología del programa evaluación de tecnología mitigación del riesgo evaluación de tecnología.
2009-05-08 | 1,452 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 2 Núm.4. Julio-Diciembre 2008 Pags. 15-20. Rev Ing Bioméd 2008; 2(4)