Toda lesión ocasionada por un medio físico o químico que traiga consigo derrame de sangre o líquidos tisulares provoca reacciones de defensa y regenerativas; lo que hace que el organismo use sus alarmas, una de ellas es la reacción dolorosa. Así que desde un simple rasguño o quemadura, extratracción de una muestra de sangre hasta una cirugía; acarreará dolor en menor o mayor grado de intensidad, dependiendo de la lesión y sus complicaciones posteriores. Los bebés y los niños de corta edad tienen mecanismos y formas de manifestar su incomodidad por causa manifiesta de dolor o de cualquier malestar en general; los padres y los pediatras deben reconocer con bastante acierto esas manifestaciones ya que igual que en el adulto la manifestación de dolor es individual para cada uno. Es indispensable que se tomen todas las medidas posibles para prevenir y aliviar el dolor, siempre que no conlleven riesgos para la salud del bebé. Por lo tanto, el control del dolor y la ansiedad en los bebés debe trabajarse en equipo entre padres y pediatras, para reconocer, evaluar y tratar eficazmente el dolor tan pronto como sea posible, empleando terapias con o sin medicamentos. Los humanos y los animales no desarrollan tolerancia al dolor y probablemente son sensibilizados a los efectos del dolor con el paso del tiempo. Por tanto, reconocer y tratar el dolor es importante para el bienestar inmediato de los lactantes y niños y para su óptimo desarrollo a largo plazo.
Palabras clave: Dolor sensación llanto gesto bebé infante neonato medicamento analgésico.
2009-05-09 | 623 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 39 Núm.368. Marzo 2009 Pags. 87-92. Ped Rur Ext 2009; 39(368)