Actualmente se tiende en todo el mundo a desarrollar acciones de medicina preventiva por los beneficios comprobados sobre la salud de la población y la economía del sistema. La pesquisa neonatal se encuentra dentro de este tipo de medicina y ha evolucionado desde mediados del siglo XX hasta la actualidad con dispar intensidad en algunos aspectos: muchos conocimientos, regular manejo, poca aplicación. En el año 1963, el Dr. Robert Guthrie, un microbiólogo estadounidense, describió la inhibición del desarrollo bacteriano provocada por la presencia de niveles altos de fenilalanina en una gota de sangre seca impregnada sobre papel de filtro. Este método sencillo y económico fue la base de los primeros programas de pesquisa neonatal. Desde entonces los beneficios comprobados de la detección precoz y los avances tecnológicos han ampliado el espectro de las enfermedades detectables por pesquisa. Como un balance de los 50 años transcurridos en el tema, proponemos algunas reflexiones para los que no hacen pesquisa neonatal y para los que sí la hacen. Comencemos por los que no hacen pesquisa. En un trabajo publicado en 2007 en Archivos, titulado “Programa de pesquisa neonatal de hipotiroidismo congénito de la provincia de Buenos Aires: 1.377.455 niños evaluados en diez años de experiencia”, la Dra. Verónica G. González señala que dicho programa cubrió el 56.8% de los recién nacidos de la provincia de Buenos Aires. El mismo año, el Dr. Gustavo Borrajo publicó en el Journal of Inherited Metabolic Disease un trabajo sobre “Pesquisa neonatal en Latinoamérica en los comienzos de siglo XXI”. Allí comenta que la Argentina pertenece al Grupo II dentro de la clasificación de países con respecto a pesquisa neonatal, alcanzando una cobertura que oscila entre el 60 y el 80% de su población de recién nacidos.
2009-05-21 | 1,597 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 107 Núm.3. Mayo-Junio 2009 Pags. 193-194 Arch Argent Pediatr 2009; 107(3)