Autores: Lara Uscanga Francisco Javier, Marin Nelson
La fiebre amarilla jugó un importante papel en el proceso histórico de la relación entre México y Belice. Con la llegada de los europeos a nuestro continente, un extraño viajero arribó junto a ellos, el Aedes aegypti que tuvo una inusitada adaptación a los hábitos domésticos de nuestras sociedades, por lo que pronto los puertos y sitios cercanos a la costa se vieron afectados por la presencia de éste vector. En los años de la Colonia, lugares como Mérida y Campeche, en México, se vieron afectados por la propagación de la fiebre amarilla, muchos sitios que tenían contacto por cuestiones comerciales, fueron declarados como endémicos. Por mediados del siglo XIX se había extendido la enfermedad en el país, de tal forma que la situación ya era alarmante. Las condiciones de la fiebre amarilla en Centro América eran de tal magnitud que, a finales del siglo IXI el vapor San Juan, procedente de Panamá, dejó un precedente de enfermedad y muerte en México ya que con su arribo, desarrolló una grave epidemia donde en menos de una semana había más de 3000 enfermos y costó la vida a más de 8000 personas. Esto propició que nuestros puertos, fueran conocidos por los navegantes europeos, como “las puertas del infierno”.
2009-06-15 | 920 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 2 Núm.7. Abril 2009 Pags. 5-9 Rev Sal Quintana Roo 2009; 2(7)