La influenza epidémica en México:

el dogma roto y sus lecciones 

Autor: Macías Hernández Alejandro Ernesto

Fragmento

El dogma roto Promediando el mes de marzo de 2009, las autoridades de salud mexicanas y la prensa habían dado cuenta de que la influenza azotaba a varias regiones del país, pero con particular fuerza a la ciudad de México. La noche del 23 de abril el secretario de salud federal, flanqueado por los secretarios de Salud de la ciudad de México y del Estado de México, anunció que nos enfrentábamos a un nuevo virus de la influenza AH1N1; el nuevo virus resultó ser un recombinante con componentes de los virus de aves, cerdos y humanos, para el cual el mundo entero había de prepararse. Se había roto el dogma: una nueva epidemia de influenza habría de llegar a América desde el Asia, con un virus recombinante de origen aviario, por algún viajero internacional y varias semanas después del inicio de la epidemia (lo que nos daría tiempo para prepararnos). Nadie esperaba un nuevo virus que iniciara su diseminación mundial en México, o al menos nadie lo sugirió. Después del anuncio de las autoridades, se instituyeron medidas de distanciamiento social en la ciudad de México, que poco después habrían de aplicarse a todo el país; hasta los partidos de futbol se jugaron a puerta cerrada. Con estas medidas no se trataba de eliminar el virus, sino de disminuir su tasa de transmisión y comprar así el tiempo suficiente para que el pico epidémico se aplanara y para que otras regiones pudieran afrontar el problema con mayor preparación que la que se le permitió a la propia ciudad de México.

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2009-11-27   |   1,529 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 61 Núm.2. Marzo-Abril 2009 Pags. 94-97 Rev Invest Clin 2009; 61(2)