Autor: Mealey Robert L
La biomecánica del movimiento mandibular es una función del estímulo neurológico desde fuentes corticales y estomatognáticas que actúan para iniciar o restringir la contracción muscular. La acción muscular estabiliza el cóndilo contra la apófisis articular o bien orienta su movimiento de rotación o traslación, o ambos, hacia cada hueso temporal respectivo. La posición y movimiento funcional de un cóndilo siempre depende del estado o actividad del otro. Dado que los dientes superiores tienen una relación fija con la base del cráneo, de la misma manera que los dientes inferiores poseen una relación fija con el cóndilo, el contacto de sus respectivas superficies oclusivas puede ejercer influencia directa sobre las posiciones condilares o el movimiento. Bien sabemos que la mandíbula está suspendida de la base del cráneo por ligamentos y músculos. El conocimiento de los movimientos mandibulares comienza por un punto de referencia inicial para cada cóndilo denominado relación céntrica, en el cual la relación entre mandíbula y maxilar superior, determinada desde el punto de vista clínico, ocurre cuando cóndilo y disco se ubican en su posición más superior en la cavidad maxilar (o glenoidea) y contra la pendiente de la apófisis articular del hueso temporal. La verificación de la relación céntrica se obtiene mediante la carga bilateral de la ATM, con los dientes separados, utilizando la técnica de manipulación bimanual mandibular preconizada por Dawson y otros. Cuando ambos cóndilos se hallan en esta relación, la rotación o acción de bisagra se produce alrededor de un eje definido por los polos internos de cada cóndilo. El término relación céntrica se limita al eje de rotación que pasa por ambos cóndilos mientras se hallan asentados en sus respectivas cavidades glenoideas.
2009-11-27 | 6,593 visitas | 1 valoraciones
Vol. 5 Núm.58. Mayo 2009 Pags. 6 Odont Moder 2009; 5(58)